Ley Eterna – Sanatana Dharma
Dios durante toda la historia de
la humanidad en la Tierra enseña a las personas
lo mismo: cómo desarrollarse aspirando a la
Perfección Divina, a la Unión con Él. Pero las
personas cada vez con el tiempo olvidan lo más
importante en cada Enseñanza particular,
pervierten algo, a veces hasta lo contrario, y
empiezan a enemistarse con otras personas que
han pervertido esta Enseñanza un poco
diferentemente.
Por lo tanto, Dios tiene que,
una y otra vez, encarnar en los cuerpos humanos
las Partículas de Él Mismo o hablar de nuevo a
través de nuevos profetas, para tratar de
restaurar nuevamente Sanatana Dharma. Y es
propio de las personas aceptar a Sus Mensajeros
como los enemigos de su «fe verdadera», burlarse
de Ellos y matarlos.
Ahora el Avatar Sathya Sai
predica en la Tierra la Enseñanza Divina pura.
La Esencia de la Enseñanza de
Sathya Sai, así como de todos los otros Maestros
Divinos, se reduce en breve a lo siguiente:
La meta principal de cada
persona es la Unión de uno mismo —como una
conciencia desarrollada— con la Conciencia de
Dios. Para llevarlo a cabo, hay que estudiar a
uno mismo y a Dios como unos fenómenos
multidimencionales, conocer la Morada del
Creador y trasladarse con la conciencia allí.
Para realizarlo, hay que
prepararse con prácticas espirituales tales como
los pranayamas, los métodos de pratyahara y los
entrenamientos meditativos.
Sin embargo, ningún
entrenamiento meditativo será útil, si el
practicante no tiene fuerte la fe, la aspiración
al Creador y también la habilidad desarrollada
de amar. El Amor es la función del corazón
espiritual y esta función debe ser desarrollada
a través de la interacción con las personas y
con otros seres encarnados.
Aquí los principios
fundamentales son los siguientes: la compasión
hacia todos y el servicio según los principios
de karma yoga. El karma yoga es la realización
práctica del amor hacia Dios y hacia las
personas, este es el mejor método para el
desarrollo de uno mismo. Solamente la fe, sin el
servicio activo, está muerta.
La fe también debe ser cultivada
en uno mismo a través de acordarse
constantemente de Dios; aquí puede ayudar la
lectura de la literatura correspondiente, las
conversaciones religiosas, los oficios divinos
con el ensalzamiento del Señor, etc.
Todos los principios
fundamentales de las relaciones con otras
personas y con otros seres se incluyen en un
solo mandamiento breve de Vyasa:
«¡Ayuda a todos (en todo lo
bueno), no ofendas a nadie nunca!».
Sathya Sai proporciona el
desciframiento detallado de este precepto para
muchas situaciones terrenales particulares.
En la vida terrenal de cada
persona, enseña Él, existen dos hitos
principales: Dios como la Meta y la muerte del
cuerpo como el límite de nuestras posibilidades
de llegar a ser mejores.
¡Memoricemos esto! ¡Y, arrojando
todas las futilidades, todo lo superfluo de
nuestro Camino, dediquémonos sólo a realizar
directamente el significado de nuestras vidas!
¡A través de esto logremos la
liberación de las cadenas karmicas, de las
enfermedades, de la necesidad de sumergirse de
nuevo en el mundo de sufrimiento; a través de
esto logremos la Unión eterna con el Amado
principal!
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