¿Cómo es Sathya Sai?
Su cuerpo, vestido casi siempre con ropa anaranjada de monje, es de mediana estatura, con la piel morena, como la de todos los hindúes. Un rasgo particular de Su apariencia es un grandioso «gorro» de cabello espeso, oscuro y rizado.
Sin embargo, éste es simplemente Su cuerpo, sólo una parte pequeñísima de Sathya Sai.
En realidad, Él es muchísimo más. Él es la Conciencia Oceánica Universal, apenas conectada con el cuerpo material. En cada lugar, en cada parte del planeta donde sea necesario, esta Conciencia se manifiesta como una lengua inmaterial del Fuego Divino Que puede elevarse hasta unos kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Las lenguas de este Fuego surgen en cada lugar donde Él está ayudando a Sus discípulos. Con sólo llamarlo es suficiente.
¡Sí, éste es el Fuego Divino Que hace temblar a los pecadores, pero Que no quema a los virtuosos, Que es Lo Más Sutil de los más sutiles, Que es la Ternura Suprema, el Éxtasis y el Amor Divino para todos quienes llegaron a ser semejantes a Éste por la calidad del alma y entraron en Éste!
También el Fuego Divino puede entrar en ellos regalando el Amor de Dios y creando un patrón para la sintonización.
Aquellas almas a las cuales Él toca de tal manera pueden oír Sus instrucciones y consejos. Lo pueden hacer siempre y cuando hayan llegado a ser conciencias suficientemente purificadas y sutiles y estén dispuestos a percibirle abstrayéndose de los problemas del mundo material.
«Hay 3 etapas de concentración —dice Sathya Sai—. En la primera, ustedes reciben Mis mensajes en forma de ondas mentales. En la segunda, pueden escuchar Mi voz. En la tercera, pueden escucharme y verme también. Con la purificación gradual de la conciencia, ustedes pueden progresar de una etapa a otra.
»(…) cuando la mente está inmóvil y silenciosa, uno puede escuchar la voz de Dios. Cualquiera que pueda limpiar la mente de la ansiedad, de las agitaciones y de los pensamientos puede sintonizarse con la voz de Dios dentro de sí» [49].
A veces Sathya Sai adopta otra forma, más condensada, simplemente, de varios metros de altura. En este caso incluso las personas que no se han purificado como conciencias hasta los niveles adecuados pueden verlo.
¡Por otra parte, siempre —en cualquier forma— podemos reconocerlo por Su rasgo distintivo: Su maravillosa cabellera!
Y que nadie piense que mientras Sathya Sai está comunicándose, por ejemplo, con el autor de este libro, el resto de Sus discípulos están sin Su atención y vigilancia. No. ¡Desde Su Morada salen tantas lenguas del Fuego como sean necesarias para satisfacer las necesidades de todos en cada momento! ¡Pues Él es una Parte integrante de la Conciencia Primordial Universal y Su Poder no tiene límites!
Él dice sobre Sí Mismo lo siguiente: «Yo, Sathya Sai de Shirdi, vine de nuevo. ¡Antes estaba ocupado preparando la comida, pero ahora vine para invitarles a un banquete que reconstituye y purifica!» [49].
«¡Yo vine para restaurar el Camino Recto hacia Dios!» [43]
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